memorias dieciseisañeras en cuerpo veinteañero

yadda yadda yadda...

sábado, mayo 24, 2014

Fiesta (políticamente) familiar


Cumpleaños de los tíos y tres generaciones se reúnen, incluyendo ramas y nuevos brotes. Hasta una flor artificial, tierrosa y panteonera se coló. Carne por doquier y chile que no enfurece, tan sólo fomenta la adiposidad carnosa de quienes disfrutan los placeres de la vida al máximo.

Para conmemorar el máximo evento empezaron con la perorata de las fotos.
-"Que se pongan todos los nietos!"
Mis hijos concurren y sonríen.
-"Que se acomoden todos los primos!"
Todos se remolinean y se me revuelven las tripas como cuando estaba en secundaria y no me elegían para participar en el tan odiado basquetbol. Una araña panteonera se acomoda aunque le digan que los de la foto tienen que compartir ADN. 
Click.
-"Que se acomoden los hermanos!"
Unos y otros ríen para acomodarse y desacomodarse por peso, edad, estatura y nivel de satisfacción.
Click click click

El dolor habitual que viene con las fotos familiares fue cediendo. El nudo del corazón subió a la garganta.

Me quedé esperando el turno de las hijas únicas y semihuérfanas...

De todas formas, el rito se rompió porque se plantó un vecino apestado. Todos corrimos huyendo de estrechar una mano que constantemente está rascando los genitales cual primate amazónico.

A veces me siento igual y eso que ni me la paso rascándome la cola...

Pero es una alienación más permanente. Cala cada fiesta de guardar. Creo que de niña no soñé lo que debí... 


Etiquetas: