días quijotescamente raros

hoy no cumplí con todo mi deber myriamesco, pero al menos sí el laboral

y eso, a ustedes ¿qué?

si cierto, tienen razón.

en fin, solo quería contar que vivo un día tras otro sin parar ni pensar ni leer ni reflexionar. he sido un monigote flojo que no se ha puesto a imaginar últimamente. pero al menos me río bastante.

el sábado en la madrugada alguien habló y colgó. estaba en la transición de un sueño al otro y sólo recuerdo que soñé puras cosas laborales...

• sólo me queda el recuerdo de que el primer sueño se trató de una confusión de saber si tendría que trabajar durante el fin de semana o no porque no logramos cumplir con las metas que se vienen. al despertar a la vida real y contestar el teléfono me quedé con la duda si he de trabajar sábado o domingo y si ya había trabajado. no quería preguntarle a mi jefa porque en la vida real me recuerda lo cabezona que soy a veces. total que me volví a dormir para continuar con el segundo sueño donde también seguía trabaje y trabaje, pero me había ido de rol al centro cultural alfa a visitar a un operation manager para preguntarle cuántos fulltimeemployees necesitaba. total que las chicas nos regresamos bajo los brazos protectores del muchacho, pero había quienes no alcanzaron brazo y se quejaron de la inestabilidad laboral existente. como ya se iban a pelear, recordé que quería ir al baño y tenía que compartir cubículo de baño porque cada espacio tenía dos inodoros. me sordée, pero una chava se voló la barda e hizo pipí ahí tmb. me fui rápido y ya tenía que regresar a mi estación espacial para hacer unos reportes. esa fue la transición al tercer sueño donde llegué al estacionamiento de plaza la silla porque tenía que entregar a unos empleados y dejar el carro ahí. me quería cruzar la avenida garza sada para ir al chilis pero empezó a llover con sol y las escaleras del puente peatonal eran resbaladillas de cemento pintado de pintura de esmalte amarillo... o sea ¡¡resbaloso y de subida!! pasé mucha dificultad para subir y cuando me faltaba un paso para llegar me di cuenta que mis zapatos se habían quedado sin suelas y que si me regresaba corría el peligro de bajarme resbalando y caer sobre el cochino pervertido de don helio que se escondía tras unos arbustos al pie del puente. llegué por mis suelas y comencé la subida de nuevo, pero ahora con más miedo e inseguridad... aunque de todas formas, alguien me tendió una mano y subí un poco más fácil. no estoy segura de quién fue ese hombre, porque el sol le tapaba la cara pero distinguí su camisa color vino.

me desperté y era domingo. todo fue en balde.

en fin, como sea. quiero recuperarme un poco y a ver si ya me pongo a leer aunque sea a rainer marìa rilke para inspirarme un poco y ser más productiva. me he dado cuenta que he vivido muy binariamente últimamente. no estoy segura de la estabilidad laboral, pero al menos de mí, sí. me encargaron doblar una ropa y hasta me puse a escribir porque me eché un clavadillo en aquellas cosas que me da placer leer: los blogs de los amiguetes. me vino un poco de nostalgia y hasta casi olvido que me dan ganas de llorar cuando se me acalambran los dedos y que si tuviera tiempo libre no sabría qué hacer con él.

me siento un poco como Vi, la de la obra de beckett

quiero volver, pero no sé a donde

definitivamente agosto me sigue siendo raro.

la buena noticia es que mi mamá organizó los anaqueles de los libros y encontré mi libro perdido que me unía de cierta forma a la espo. "la casa imaginaria", la historia de una niña independiente que lleva a su amiga antillana y quejumbrosa por el tunel del tiempo. recuerdos futuros que no han sucedido y que remueven las tripas como si la nostalgia no fuera virtual.

eso quiero para mi, aunque sea un poquito.