i want to squeeze you so bad

es horroroso. es un día antes de navidad y me he preparado como nunca. estoy feliz al respecto. claro, este año pinta para ser igual en cuanto a cenas, actividades no-navideñas e incomodidades, pero al menos mi corazón está dispuesto a estar regocijado y compartir... y todo lo que eso significa y conlleva.

ayer pasé un tiempo muy agradable con bela y jando en su breve visita a monterrey. la suegra de bela platicaba que cada tres días habla con ellos (durante la estancia bostoniana) y se oyen tan felices... me da mucho gusto por ellos. desde que eran amigos eran una misma carcajada, el noviazgo abrupto pero duradero fue una eterna risa y ahora son esposos risueños. aprendí que no simplemente son el uno para el otro, sino que de seguro han de elegir día con día elevar sus horas-carcajadas (o carcajadas per hora) para mejorar su nivel de vida. también supongo que lo han de contabilizar y hacer rendir como el gasto en tiempos de penurias. ay, no sé. fue todo tan chido. yo fui y regresé hecha una persona gris y entrincada por los corajes, pero estando ahí en su casa me sentí como la persona violeta con rojo y poquita escarcha rosa que suelo ser en estado neutro. cuando me subí al carro, cada recuerdo de la prepa aparecía como un flash pañoso... supongo que eso es algo bueno y sano porque me evita asirme de un pasado que ya es completamente diferente al presente. es chido después de todo, estar con ellos anoche me enseñó que soy un ser humano distinto pero no por eso más o menos cosa. que mis corajes aunque no son pasajeros, han sido constantes achaques que he de sufrir con una y otra persona a través de los años...

por eso, hoy resuelvo que nunca más me va a importar...

¡¿importar qué?! ¿¡no importar qué?! todavía tengo la mandíbula entrincada, tengo muchas ganas de golpear cosas, mis uñas están ávidas por rasgar cosas, mi garganta espera pacientemente que me desgañite gritando. aún estoy tan y tan y tan pero tan enojada. no puedo evitarlo ni detenerlo. y la culpa es toda mía porque ya entregué el perdón... y aunque cuando uno lo da, debiera ser gratuito y genuino aunque a veces precipita las cosas para no hacer la agonía más larga del otro que también sufre... o al menos padece nuestra cólera interminable.

ni todas las groserías, ni los decibeles más altos pueden contener el enojo que siento. la ira enceguece mi razón y ayuda a que borre cada una de las cosas que me molesta y ponga bajo una luz mortecina tan solo los dos últimos eventos. mi corazón es sabio, porque podría dejarme toda la larga lista de cosas que me encrispan los nervios para que yo me encabrone de verdad... pero no, ahí está mi estúpida alma agarrando vuelo como el toro desbocado que los amantes taurinos se esfuerzan en mostrarnos, con dos simples y estúpidas razones para encorajinarse... es horroroso. yo sé que son más cosas, pero no las recuerdo con datos cuantitativos y sé que es idiota enojarme de más por esos dos últimos corajes... entonces tengo que mentir y decir "no me pasa nada; no, no es eso; no, no eres tú" porque la debilidad de mis argumentos y mi visión realista de las cosas que me callo están ahí, viéndome (dentro de mi cabeza) y juzgándome, diciendo que fuera de mí, ese juicio está perdido y que solo me queda contentarme... y sola.

chin-ga-do.

shale, en este instante, que veo un zorro escondiéndose hasta donde lo permite su condición de emoticon me hace medio-entender un poco lo oculto de las cosas y las tonterías inútiles que ando haciendo a propósito para seguir enojada a gusto. he estado evitando ver a la persona que me hace corroer las tripas, no porque lo odie; sino porque me ha domesticado (cual Zorro a Principito) y sé que cuando lo vea a los ojos lo voy a perdonar no importa qué y él podrá seguir haciendo las trastadas que siempre hace, será impuntual como siempre es y rehuirá metafóricamente a todo lo ordenado y cursi que yo aspiro con él a veces.

no tengo remedio,

quizá hasta empiezo a curarme un poco

al recordar que todos somos monstruos

y que, la bilis derramada ha de ser proporcional

a los corajes que he hecho pasar a otros.

p.d.: ya perdoné y ultraperdoné. experimenté una no-desazón y sometí a la bestia jodida chingada interior que suele ser una cosa más positiva normalmente. definitivamente tengo que agarrarme un round con alguien. pero ya!