memorias dieciseisañeras en cuerpo veinteañero

yadda yadda yadda...

viernes, diciembre 15, 2006

la yegua que muerde

náuseas: listo
dolor de cabeza: listo
ansiedad: listo
austeridad: listo
ganas horrorosas de pegarle a alguien: listo
señalar a quien me ha lastimado (públicamente): hecho
satisfacción: ninguna
conocimiento de los primeros versículos del salmo 103: listo

ser digna de unas cuantas cachetadas… o un abrazo: hecho

estas últimas dos semanas he depurado toda la gente que me ha hecho unas cuantas jaladas (de las feas, no de las que le gustan a los hombres) y apenas ayer pude alzar la voz para denunciar a aquel que no solamente hizo de mi honra una pelota de ping pong sino que además se dedicó a difamarme con estratégicos silencios en una comunidad por demás conservadora y juzgadora…

quizá la justicia sí existe, pero yo no puedo comprenderla bien. quisiera vengarme yo solita, someterlo a una dosis de buenas trompadas y patadas a los riñones… se me olvidó que quién soy yo para andar haciendo semejantes cosas si con la vida que tiene es suficiente. saber que está en un pozotote –y no porque lo declare, sino porque él lo quiere así- y vivir una pantalla donde a sus 25 años no ha encajado en ninguna parte por su doble moral. digo, no puedes andar jugando a ser el cristinito y luego ser tan descarado para lanzarte sobre la amiga, la hermana y la prima de la amiga…

pero así es… fui una ciega y lo peor es que cuando uno es ciego es completamente sensible al oído… pero nadie fue para decirme consejo: ques´que porque no saben, ques´que porque se enteraron después. lo único bueno es que corrí a tiempo y corrí muy muy muy lejos. nunca me alcanzará.

como sea, no es algo del todo malo. bueno, por un lado sí. el cual es mi punto de vista de ahorita… y por el que me quiero hacer entender a mí misma es el que ahora sí nadie me dice y nadie me cuenta. mis colmillos se calcificaron un 70% y pues las decisiones fueron completamente mías. que nadie me diga que les haga caso si me andan dejando tal suelta… jojo. no se valen los “te lo dije” y eso… es de algún modo gratificante.

me caí, me enlodé y me atasqué
¡pero qué chingados!
nada se compara a lo que estoy viviendo ahora.

nada nada nada

la gente de la que me rodeo ahora, es simplemente la misma
pero ahora la comprendo y no dejo que se me trepe.

desde anoche me he sentido muy… “fatherless”, muy mundanamente desprotegida. sé que está mal y que la que está jodida de la mente soy yo. me falta ponerme las pilas en eso de andar viendo el egoísmo en la gente, excepto en mí… en lo de servicio ahí la llevo y me ando haciendo útil en lo que me corresponde, lo cual mata futuras vocecitas en mi cabeza que me reclaman jamás haber metido las manos en el negocio familiar. en fin, en quien una confía para héroe terrestre –el cual es perfecto para mí, desde mi óptica- ha estado un poco disperso en sus vacaciones y su ocio. espera pacientemente a que suelte mis herramientas y me dedique a ser la burguesita que me educaron a ser (nada más por apariencia). lo único malo es que, mientras más te mueves, más te ven y más te necesitan.

tengo sueño,
pero hay posadas al por mayor.

él me cuida a distancia, tal y como lo hizo ayers. me es posible contactarlo para decirle gracias, porque a-p-a-r-t-e tiene en el correo de voz los sonidos de quien pienso es su ex. ¿me enojo? ay, ya para qué. váyanse todos a la chingada.

primero, el pirata más imbécil del mundo –con su mente teibolera-
y ahora el soñador más pusilánime del mundo

sí, sí, sí. hoy en la noche me confrontarán y me lloriquearán. dirán que soy mala, que no doy tiempo para explicaciones, que no averiguo y soy injusta. ¿y eso qué? eso no le quita lo legítimo a las emociones que siento ahorita. es imposible retractarme y menos ahora que, después de tantos párrafos, ni mis dedos ni mi mente encuentran consuelo.

puedo seguir escribiendo como yegua desbocada…
que al cabo, no hay jinete que me aguante.



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