memorias dieciseisañeras en cuerpo veinteañero

yadda yadda yadda...

martes, enero 16, 2007

"es temporada de nalgadas y siento que la mano me cosquillea" o cómo utilizar la última papa



puej ji. qué inesperada es la vida. me encontraba ingleseando por la mañana, cuando me vibra el celu y eso me repateó un poco porque no es como deberían funcionar las cosas. pero como sea que fue, es algo de lo que me quejo pero en el fondo y en la superficie siento bonito saberme contactada por algún friend. mi mamá quería que recogiera un cheque y armandi quería ir de shopping. hagamos ambas cosas.

recogí a aquel afuerita de su escueliux y nos dirijimos a comers a la jaibita. mmh, estuvo muy rico -lo único malo es que no pelan debidamente los camarones- y además ir ahí fue como un clavado a los ochentas, pero con un toque de elegancia noventera. los tamaños de los platillos oscilan entre lo "discreto" y el "regular" que -claro- armandi se dedicó a renombrarlo como "obsceno". durante la comida, que suele ser muy ritualosa, rememoramos una clase de 2do semestre, creo que se llamaba mmh... introducción a la actuación o algo por el estilo donde teníamos que hacer un ejercicio, performance, poema, canción o cualquier tipo de expresión que nos definiera. creo que yo llevé mi viejo y gastado display y leí la autobiografía principituda que navega por internet y él, simple y práctico como es, llevó un martillo de su casa y camino a la escuela, se metió a un mercadito pulgoso y compró un pianito de cuerda...

durante su momento, no recuerdo si puso alguna pieza de mozart o beethoveen, pero se dedico a curiosear su pianolita, le daba vuelta y, de repente, le zumbó unos cuantos martillazos hasta que la dejó hecha añicos. resultado: todos hicimos nuestras interpretaciones y a muchos se nos hicieron los ojos pelones, pero no tanto como cuando el catedrático le impidió hacer la justificación quesque porque había logrado un momento de arte puro y la madre. armandi, cual rafa gorgory cualquiera, se encogió de hombros y se fue a sentar. en aquellos entonces había confianza, pero no me atrevía a traspasar aquella línea. meses después le pregunté llanamente y el muy simplón me confesó que le nació machacar aquella musiquita y compró lo primero que se le vino a la mente... nos reímos mucho cada vez que contamos la historia, cosa que hacemos cada vez que nos vemos, pero siempre con un enfoque diferente. el de esta comida fue de que el maestro le puso el índice en la boca muy sexoso, lo cual nos llevó a recordar con risotadas el tesorito perdido de un amigo ingenuo... ah, suspiro...

armandi es muy tradicional: cada no sé cuántos días llega de su principado que tiene en aramberri y siempre llega ávido de shopping. el ritual comienza en recogerlo en el centro e ir a valle oriente o galerías, ir a zara y él -siempre de los siempres- compra una camisa y una chamarra, no importa que sea verano y no importa que sea invierno, él obtiene un rompevientos. siempre lo menos adecuado para la época. luego nos vamos a comer algo que involucre carne o mariscos y hablamos de cómo prospectamos nuestras vidas, de cuán poco encajamos con la ideología escolar y los avances -o desavances- de una persona que ha decidido borrarme de su vida por la incompatibilidad de ideologías. mucha chiflazón, digo yo. mejor que me tache de fresa.

lo que sí nunca he sabido es de qué cosas hablamos, cuales temas nuevos remolemos porque, de que nos reímos mucho, siempre... pero de que pueda emular conversaciones en mi mente, los ánimos -a excepción de esos quejidos que cesé de hacer este verano pasado- que me/le da/doy, nunca puedo reproducirlos en momentos opacos y lúgubres de manera que pueda reír después. diríase que nuestros encuentros son perlados... con una esperanza de brillo pero sin mucha seguridad en ello. lo que sí de los síes es que siempre saca frases guarras que puedo decirlas en voz alta y me río aunque suene puerca. "soy mantequilla, vénganme a ver... tengo la fiebre, me voy a morir".

fuera de eso, él es un buen padre sin edad para serlo ni vástagos para comprobarlo
es un buen hijo, aunque su familia me parezca de holograma
le quedan los colores tierra
es mi fashion police
cumplimos años los 20 de noviembre
y sellamos la amistad con gorditas de maíz.



ah, y lo de la papa es un sistema que me enseñó hoy: al terminar tu comida, es importante dejar una papa frita entera para el final; así, puedes pincharla con el tenedor y trapear con ella todos los jugos de la comida recién engullida y tendrás un resumen gustativo en el paladar.



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1 Comments:

  • At 17/1/07 09:44, Blogger Kluzter Benavides said…

    Además suena dietético eso.

    y hasta filosófico:
    es como lo del árbol en el bosque, si nadie está cerca para oirlo cuando cae, ¿hace ruido?
    ooooooommmmmmmmmm.....

    imagina que comes papa frita...
    ooooooommmmmmmmmm.....

    un tren eléctrico viaja de norte a sur a75km/h... ¿hacia dónde lanza el humo?

    ooooooommmmmmmmmm....

    a mi me cosquillea la pompi que no recibe pines. :O
    vbzyd
    iiikpi
    rrtbugm

     

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