mendigando sueños

pido mi limosna de colores. vengo de con la doctora y no me ha dado tan buenas noticias, pero si ignoro el hecho podré seguir teniendo mi vida normal, pero de cabeza. es algo frustrante, pero pondré a consideración eso de medicarme.

he hecho osos en los sueños. he perseguido y desencontrado gente ahí. hoy vengo como manda, para estar contigo y aparece una vieja versión tuya y no me enloquecí para nada. estoy domesticada. orale, no pensé que se sintiera así. extraño mis viejas partes que gritaban heridas y mascullaban como sirenas.

pero ya no.

mi cuerpo es más funcional que antes

y mi lengua es la única que habla.

le robó los reflectores a mis dedos.

cómo te extraño.

más bien

cómo extraño el producto del dolor.

es bien miserable extrañar este tipo de miserias y justo ahora declaro que la tiro a la basura, lo desecho y si lo veo en la calle lo escupo en la cara, comprometiéndome a crear cosas buenas que no sean producto de raspones y callosidades.

en fin, fuera de este lapso dosmilcinquero donde todos los hombres fueron uno y de todos aprendí, hago un recuento de los sueños de esta semana...

• soñé que tenía una casa grande y mandé construir un foso para mayor seguridad. el señor que me lo construyó lo llenó de agua clara y para probarme su efectividad sumergió a su pequeño hijo -el cual se estaba ahogando- le dije que le creía y que ya lo sacara. en eso, un cholo brincó fácilmente mi foso y se metió a la casa. grité por un balcón pero fue imposible detenerlo... para ese entonces ya me había dado cuenta que era un sueño pero no soy como los caprichosos que pueden editar sus pensamientos así de fácil y el cholo seguía sin salir aún cuando deseaba que todo saliera bien. tuve que despertar para poder estar tranquila. fui al baño y me di cuenta que la alarma del carro del vecino estaba sonando. obvio lo ignoré y traté de producir algo más positivo.
• antier en mi mundo onírico fui a tierras germanas con la familia de martinillo a visitarlo. claro, porque en mis sueños es solamente un amigo ofendido y distanciado con el cual nunca quedé mal. en fin, esa alemania tenía caminos sin pavimentar y parecía entre tijuana y tepepan. batallé un poco para recrear unos lazos aunque fueran débiles porque me siento muy mal cuando las amistades se enfrían. total que con dificultades por fin sonrió martinillo y le digo "aranda, te quiero mucho". se me congeló la sonrisa. pensé que si no le daba importancia, mi oso pasaría desapercibido y no. no hubo manera de componerle y fui honesta. "si, ya sé que eres arana... pero en verdad conozco a un aranda y lo quiero" así o más cínica? ps sí. la cagué big time. shale. me salí de la sábana que alzaba su tía en el aire y con un portazo le dije que alemania estaba bien pedorro, que he visitado mejores ciudades. pensé en zurich. en fin. me fui corriendo por las escaleras y a una cuadra del departamento estaba el museo de ciencia de balboa park. recordé a mi amigui del museo y le dejé un recado que se mutaba en colores y mensaje. comencé diciéndole hola y explicándole el porqué de las quimeras y paradojas y el mugre recado se cambió a una pregunta difícil que hablaba del misterio de las esfinges. la tinta y el color del papel se hicieron rojo y turquesa respectivamente, como un holograma. seguí corriendo y desperté para ir a trabajar.

han descubierto las ternuras de mis pequeñas astucias como seis o siete años después. qué se le puede hacer. el rey hubiera pedido a cada uno, lo que cada uno puede dar: no le puedes encargar a un general que vuele de flor en flor como una mariposa. ahora yo tengo la consigna de adaptarme a unos zapatos muy grandes (pero que ya me quedan) y que escriba de amor. ¿hay algo más difícil que eso? me he dado cuenta que es más fácil escribir de las carencias porque al idealizarlas, aporreas más las teclas.

¿qué hago conmigo?

¿dónde me meto?