memorias dieciseisañeras en cuerpo veinteañero

yadda yadda yadda...

domingo, junio 11, 2006

cinco años ya


hace cinco años era lunes y me quedé de ver con amiguetes mayores de edad para cometer la más grande fechoría hecha por mí... claro, a ojos de mi mamá. nunca olvidaré ese día porque en aquel entonces tenía la manía de coleccionar vidas de asesinos múltiples o seriales. por eso, el día coincidió sin querer con la ejecución de timothy mcveigh, el oklahoma bomber. yo sentía pena por él, porque siempre suelo depositarla en la persona que menos adeptos tenga. ignoro sus motivos, pero nunca lo olvidé.

me puse este tatuaje por un millón de pequeñas razones, que, si las juntamos, podrían volverse un centenar de fuertes razones. después de los dos meses me daba mucha flojera explicar toda la historia que dio como fin una manchota en la espalda, así que comencé a decir que estaba borracha cuando lo hice.

mentira vil

lo que pasa es que lo he contado tantas veces que he ido olvidando las razones más explicables y prevalece el deseo postergado desde la infancia con el libre albedrío mal interpretado en aquel entonces. mi mamá me odió un rato y poco a poco ha ido decreciendo el insulto y la poca fe hacia mi persona. seguí siendo buena, quizá me hice mejor.

he tenido serios y buenos trabajos. suficientes cosas "saboteadoras" he hecho a mi persona y aún así estoy bien y sigo saliendo adelante. hay algo mucho más allá de el tatuaje, el pelo multicolor cortado como ropavejera, un trabajo no tan bien remunerado o uno horrible y bien remunerado, kilos de más o de menos, las lágrimas al leer "la muerte de un viajante". mientras más crezco, más cuenta me doy de eso.

uno es lo que es después de los 17
y yo elijo ser todo

incluso me relajaré y me soltaré en esto que viene. me la pasé chido jugando a ser "mala para...". no sé qué venga luego. pero he hecho cosas horribles y ha sido superable.

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3 Comments:

  • At 12/6/06 17:15, Blogger Indigente Iletrado said…

    Curiosamente el tatuaje fue una de las primeras partes de tu cuerpo que conocí, que ahora reconozco.

    Eres una buena persona, de esas que tienen buenas referencias. Ni modo. No podrás evitar serlo jamás. Mi mamá agradecería que me relacionara con más gente como tú.

    Además, siempre podremos platicar sobre asesinos seriales después de la cena.

     
  • At 13/6/06 00:28, Anonymous Anónimo said…

    Yo sé poco de tatuajes y poco de asesinos seriales, pero sé bastante de gente buena y la reconozco más allá de los tatuajes y el pelo a colores.

    ¿Y que, esposa, y que?

    Que rápido pasa el tiempo... No recuerdo cuando te conocí, pero siento como si hubiera sido ya una eternidad.

    Gracias por dejar que te siga conociendo día a día.

    D.

     
  • At 13/6/06 00:31, Blogger Kluzter Benavides said…

    Yo casi olvidaba lo de los asesinos.
    Alguna vez la palabra asesina era portada orgullosamente en mi mochila verde de los días preparatorianos... la mochila sufrió raspones y roturas, la mamá reclamó el mensaje tan violento y en contra de las costumbres y buenas maneras de los Contreras. Tan es así que compróme una nueva para que dejara de usar aquélla.

    También reproché el tintero corporal... pero me convenció el hecho de escuchar que años tenía la idea gestándose en tu mente.

    Mi amiga la "mala y rebelde". Uno comoquiera, pero ¿Y las criaturas?

     

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