pasteles por doquier

tres pasteles me regalaron en este fin de semana. he probado dos: uno de ellos mío y otro ajeno. mi día transcurrió tranquilo y sin pena con gloria. dormí siesta y pasé la hora en que nací esperando consulta en el hospital. resulta que no tengo paperas y eso me regocija bastante. recibí lindos regalitos, entre ellos pijamas de mafalda, un tamagotchi y bisutería que hace juego con la ropa… lo mejor fue la compañía de gente especial el viernes que me celebré en el pachamama y tmb disfruté no haberle dado gusto al mesero con pésima actitud que llamó a mi casa para jorobarme un poco.

lo lindo de todo es que fueron tres días de pasmosos festejos. un día, lo social junto con un encuentro magistral con mauricio kartun, que me recordó cosas que ya sabía y me hicieron ver que no estaba tan errada. adentraré en eso en días posteriores. el dos día transcurrió tranquilo con siesta incluida: fui a una piñata y al hospital donde invertí demasiadas horas para mi gusto. se movió el festejísimo al domingo y tmb dormí demasiado, razón por la cual sólo alcancé a recorrer la “bella vía” a ojos viborones que se comieron a mi interlocutor e ir al cine para recordar que también mi exjefa hubiera deseado vestirse a la moda.

una amiga me dijo que saldría de la movie con ganas de vestirme bien, maquillarme y tener un trabajo como ese… error. pasé por cosas similares el año pasado que me hacen apreciar mi vida actual con las circunstancias. a lo mucho, deseo más tiempo para leer y dormir. el año pasado desee comenzar de nuevo y en limpio. mucha cosa de regeneración. dicho y hecho viajé suficiente, até cabos y sané bastante. estos 23 supongo que será el año de dar con regocijo y amar con mesura y sin locura. aprender a madurar sin quejarme y terminar todo lo pendiente en este lustro.

aún no sé de que trate el año que viene
pero los 11.5x2 son de amar, sin duda