comme çi, comme ça... çapatéyeleeee ajúa

me dio una chiripiolca emocional ayer, pero de las calladas que espero olvidar para no hacer un berrinche mayor en un futuro. de todas formas trato de que se me olvide y aplicarme en eso de pensar que así se vive normalmente y que quizá yo pida demasiado. raro es que me haya hecho callada y no he implotado ahora que tengo oportunidad de parlotear y toda la cosa. será que ya no me interesa.

ayer, a pedacitos y en diversas canciones que no recuerdo cuáles fueron, creo que estuve un poquito lista para volver a la escuela. sin embargo, he llegado a un estado que ni eso puede moverme de mi pasividad amargosa que traigo por dentro. pffs, como sea sigo chachareando cuando alguien me saca de mis cavilaciones, pero a la hora de dormir -a excepción de algunos sueños cómodos y cotidianamente fashions- batallo bastante y no puedo dejar de pensar en cosas que ni tienen arreglo, ni principio, ni fin, ni objetivo... lo peor es que ni siquiera son cosas escribibles.

quizá lo único que necesite sea jugar a los combates un poco, llorar a moco tendido o que las personas adecuadas se queden el tiempo adecuado para que pueda empezar a definir coherente y verbalmente lo que se trae mi ronco pecho.

desde cuando los koalas no podemos conciliar el sueño y le hablamos a los tigres?

grrr, incluso gruñimos.

he extrañado al viejo y malo tigre de mis sueños.

¿será eso lo que me pasa?

no me he atrevido siquiera a mandarle un correo, ni a darle mi nuevo-pero-que-todos-tienen número de celular. porque es tan nocivo como yo lo fui en la prepa e, imaginando de lo que podríamos platicar sumando la hora del día con el bochorno y multiplicado por el dolor de articulaciones, me imagino una reunión sosa que ni siquiera saque lo que traigo... solo voy a sentir una inanición de alma.

cuando las penas no son de amor ¿de qué serán?