chasing my own tail

ya nadie sabe para quien trabaja ni de quién está huyendo. el martes nos avisaron en el trabajo que nos hemos fusionado con la distintísima competencia y que todo seguirá igual... de todas formas, se agarraron de eso para cortar unas cuantas cabezas ahora que la excusa podría funcionar. bueno, y eso ¿a quién le importa? supongo que tan solo a las 2,000 personas que remamos en el mismo barco. pero el tema principal no era ese sino de mi incipiente frustración porque vengo del doctor y el diagnóstico fue anímico. mis padecimientos crónicos se han agravado, mis rutinas dominicales se han descompuesto, defragmentado y retomé algunas viejas labores que me solían apasionar.

lo feo es que sigo viviendo en ciclos.

otra vez, en este invierno (como desde 2003) me he involucrado en un proyecto que envuelve navidadeces y termino queriendo darles cachetadas a todos y cercenar ideas con comentarios mordaces, groseros y siniestros. lo bueno es que me he vuelto bastante primitiva en mi hablar porque todo se reduce a "te odio" o "te amo". curioso es cuando a las personas por las cuales alguna vez sentí cosas así -pero más profundas- se me traba la lengua y los vocablos se arremolinan en mi lengua y no pueden dar ningún comentario aprobatorio o cariñoso. en fin, en este pinche videonavidero por fin se tomaron muy en cuenta mis ideas pero se han ido postergando y se han integrado manos bienhechoras metichonas que me han ayudado para hacerme la ofendida y salirme de la jugada. pero claro, estaría haciendo lo mismo que todos los años: sabotearme o dejarme sabotear.

a veces me da coraje que las cosas sucedan tan pinche iguales porque he aprendido que me pasa eso porque aún no he superado la tarea o he llegado al objetivo de la manera correcta... y lo peor es que tengo mala memoria y no me acuerdo cómo resolví tal cosa de manera que me saboteo una y otra vez cada año por estas fechas. al menos esta navidad no soy sólo una mujer sensual a la que involucraron medio a la fuerza en una pastorela. este año decidí meterme de lleno, de cabeza y por poco de corazón... y ya no soy mujer sensual (a ojos vistas)

y hoy descubrí que no vale la pena

quizá ya va siendo hora de que me avoque a mis libros

y a mi propio arbolito de navidad.

la verdad estoy cagada porque me diagnosticaron apatía. ¿puedes creerlo? y yo pensaba que había dejado de escribir, de soñar a colores y de quejarme porque estaba comenzando un nuevo sistema más social y más soez. pero ahora que recuerdo cómo pagó su cochino karma (por llamarlo de alguna forma) una compañera que me hizo la vida laboral de cuadros durante unos cuantos meses y me viene a la mente poner en práctica todas aquellas cosas que llegaron a tener importancia en algún momento por el simple hecho de dar placer o recordarnos que seguimos vivos (tal como me recetó el doctor); porque, a decir verdad, cada actividad sociable que me pudo haber reanimado un poco solo me hundía más porque sólo acudía como espectadora de un guiñolote, de una película, de algún artículo.

todavía no estoy muerta y no debería portarme como tal

esta es la última vez que me reanimo. me comprometo a regresar a mi carril y no celebrarlo como un triunfo sino que lo tomaré como un compromiso y disciplina. claro, por el bien de mi cordura.

ayer entrevisté a la hermanita de un chavo que nunca conocí pero estuvimos en las mismas escuelas y por eso platicábamos por horas en el áisiquiú. creo que no se parecen en nada y de alguna forma siento que lo invoqué un poco porque por cuarta vez reinicié el libro invernal que me recomendó y antojó tantas veces.