acto uno: the strokes, acto dos: cruz roja
por fin llegó el día tan esperado, el concierto de los strokes. pero pasó tanto tiempo que en el umbral de la entrada nos detuvimos a pensar si no sería mejor vender los boletos e irnos a cenar algo italiano. luego entrecerramos los ojos y dijimos “nah, no tenemos tanta hambre”, dimos el paso. una vez adentro una nube de humo tentador, olor a hamburguesa nos ofrecieron un millón de propuestas creativas para sí comer y entrar al evento gratis, pero ya era demasiado tarde.
pasamos la segunda mejor luz del atardecer sentados en el pasto, a falta de pastizales y trigo. el zorro no domesticado ha pasado tiempo conmigo y platicamos de todo y de nada, como se acostumbra cuando se está a gusto. catafixiamos nuestros asientos en la zona b3 por depositar nuestras asentaderas al nivel bajo de un tapete de zacate falso. el aire a veces levantaba mis faldas y a pesar de todo ni me despeiné. qué coqueta, qué jocosa. no sentí ningún picor si no hubiera sido por que de repente me vino una oleada general de escozor y picosor, más tarde me lloraron los ojos. el zorro, sabedor de la naturaleza, me dijo que el pasto me hizo reacción y que fuéramos por bebidas de cebada. nos relocacionamos y más tarde me marcó yeidí para encontrarme después, él se fue a su zona super cool pero se regresó canciones antes de que empezara el concierto. tres felices jóvenes sentados en un trigal viendo a los strokes. yeah!
la gente estaba cero prendida. el zorro y la principita vieron las nubes. él con pesimismo y ella con empirismo. él quería que lloviera y a ella le daba medio igual, aunque luego ya no quiso porque teme enfermarse. la piel seguía picando y se ponía dura y roja. siempre pensando mal, ashhh, o sea no estaba coqueteando, de verdad quería enseñar que era algo más que una reacción al pasto. más tarde, cuando se unió yeidí, la piel estaba más dura.
los strokes, al igual que los espectadores, andaban muy en su pedo. el vocalista solo interactuó con el público dos veces: para decir “hola” o algo así y para darnos la oportunidad de cantar una canción de su primer cd. last nite, someday, reptilia, is this it… me gustó en general… aunque me hubiera gustado más que fuera gratis… jojo.
más tarde fuimos a comprar el recuerdito y a encaminar al zorro al camino que lo lleve a su madriguera. llegué demasiado tarde a mi casa con un dolor insoportable. la ing.chiqui quiso cacharme con efluvios alcohólicos, pero había sido porque me lo eché en la gran herida en que se había convertido mi ahora más gran pantorrilla. ardía, picaba y, para cuando llegamos a la cruz roja, se estaba poniendo lilita.
pin en la pompi
pin en la pompi
como la canción de kluz, seguramente inspirada en dewey
el doctor me la puso super random y ahora me dolía toda la nalga derecha y toda la pantorrilla izquiera. medicinas, muchos líquidos y dieta suave
- ¿y esa en qué consiste, doitór? – pregunté,
- assh come lo que quieras – super parco respondió,
- ¿y qué tengo? – insistí,
- alergia a un veneno – me mira con ojos de punto final
- muchas gracias – hice mi sonrisa de touché y me largué.
las segundas opiniones médicas me han dicho que, por los síntomas, ha sido un alacrán, quizá dos. la ing.chiqui me regaña porque dice que me dejo morir. l´arqui me dijo que de eso se murió un tío. yo solo siento dolor a la fecha y, aunque la zona haya disminuido, aún duele bastante… así como la boca del estómago.
nota del futuro: ya va día y medio y aún duele regacho.
pasamos la segunda mejor luz del atardecer sentados en el pasto, a falta de pastizales y trigo. el zorro no domesticado ha pasado tiempo conmigo y platicamos de todo y de nada, como se acostumbra cuando se está a gusto. catafixiamos nuestros asientos en la zona b3 por depositar nuestras asentaderas al nivel bajo de un tapete de zacate falso. el aire a veces levantaba mis faldas y a pesar de todo ni me despeiné. qué coqueta, qué jocosa. no sentí ningún picor si no hubiera sido por que de repente me vino una oleada general de escozor y picosor, más tarde me lloraron los ojos. el zorro, sabedor de la naturaleza, me dijo que el pasto me hizo reacción y que fuéramos por bebidas de cebada. nos relocacionamos y más tarde me marcó yeidí para encontrarme después, él se fue a su zona super cool pero se regresó canciones antes de que empezara el concierto. tres felices jóvenes sentados en un trigal viendo a los strokes. yeah!
la gente estaba cero prendida. el zorro y la principita vieron las nubes. él con pesimismo y ella con empirismo. él quería que lloviera y a ella le daba medio igual, aunque luego ya no quiso porque teme enfermarse. la piel seguía picando y se ponía dura y roja. siempre pensando mal, ashhh, o sea no estaba coqueteando, de verdad quería enseñar que era algo más que una reacción al pasto. más tarde, cuando se unió yeidí, la piel estaba más dura.
los strokes, al igual que los espectadores, andaban muy en su pedo. el vocalista solo interactuó con el público dos veces: para decir “hola” o algo así y para darnos la oportunidad de cantar una canción de su primer cd. last nite, someday, reptilia, is this it… me gustó en general… aunque me hubiera gustado más que fuera gratis… jojo.
más tarde fuimos a comprar el recuerdito y a encaminar al zorro al camino que lo lleve a su madriguera. llegué demasiado tarde a mi casa con un dolor insoportable. la ing.chiqui quiso cacharme con efluvios alcohólicos, pero había sido porque me lo eché en la gran herida en que se había convertido mi ahora más gran pantorrilla. ardía, picaba y, para cuando llegamos a la cruz roja, se estaba poniendo lilita.
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como la canción de kluz, seguramente inspirada en dewey
el doctor me la puso super random y ahora me dolía toda la nalga derecha y toda la pantorrilla izquiera. medicinas, muchos líquidos y dieta suave
- ¿y esa en qué consiste, doitór? – pregunté,
- assh come lo que quieras – super parco respondió,
- ¿y qué tengo? – insistí,
- alergia a un veneno – me mira con ojos de punto final
- muchas gracias – hice mi sonrisa de touché y me largué.
las segundas opiniones médicas me han dicho que, por los síntomas, ha sido un alacrán, quizá dos. la ing.chiqui me regaña porque dice que me dejo morir. l´arqui me dijo que de eso se murió un tío. yo solo siento dolor a la fecha y, aunque la zona haya disminuido, aún duele bastante… así como la boca del estómago.
nota del futuro: ya va día y medio y aún duele regacho.
Etiquetas: cotidianeidades, crónicas glamorosas
1 Comments:
At 1/9/06 20:53, Kluzter Benavides said…
changoss...
por envidilla diría que todo es porque no se me avisó de la asistencia al conciertinho...
que estuvo bien.. porque presenté 2 examenzotes ese mero día... y pos no se vale...
o fue un día después?
el caso es que habría salido requetemal en ellos.
Pues cuídese... yo por eso le saco al zacate.
salute salute saluteeee.
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