y el otoño que se viene

…como los bebés antes de tiempo. el domingo regalopinté por fin la recámara de una chica que sin duda será muy linda, pero todavía no nace. hace casi dos años fue el bodorrio de la madre y hace menos de una semana me estuvieron platicando que quizá nazca esta semana o la que viene, así como que le dan ataques de hipito y cosas lindas de esas.

leyendo a don kluz –oh cielos!! elegí una estación de radio en yahoo.launch, la de love songs y la primera que suena es “unforgettable” de natalie cole [es la canción con la que fantaseo desde que era niña: vestido de satín rojo, sentada en un piano, con guantes, martini y boquilla… cuando una es niña, no se imagina que no se puede beber, fumar y cantar una canción tan sentida como esa, pero bueh]- ah si, bueno, me puse a pensar (con lo de fall hero) que no sé si sea por las edades, o por el otoño, o porque somos unos avorazados de la vida, pero tenemos demasiadas cosas qué hacersss siempre. antes deseaba tener un fin de semana libre para berrear a gusto o estar sola o lo que sea, luego anhelaba los fines de semana para dormirsss o estar perdiendo en tiempo lenta lenta lentamente y ahora –que he cambiado de estación otra vez y ahora estoy en folk mood- quiero estar fuera de mi casa, oliendo el otoño, estar con personas lindas, hablando de poemas, respirar para saber a qué huelen las personas que una estima, leer libros que hagan suspirar, visitar ciudades, hacer resoluciones cumpleañeras, llorar a moco tendido por una película, ponerse chinita al primer contacto con el mundo exterior… ese tipo de cosas.

pero pffss antes de todo eso, una tiene que vivir de verdad: administrar finanzas, checar bitácoras, memorizar papeles –lo más lindo de mi cotidianeidad mundana-, cabecear en clase de psicología mientras se hurga en la memoria los sentimientos escritos en alemán y definidos en castellano, observar ávidos ojos en combates de pantomima, sudar y oler a patas escolares, sacar copias, llenar requisiciones, ir a las juntas del iso donde todavía no existe mi imaginario amigo otto – ¿o era gunther? -, leer y desmenuzar obras, transcribir todo el sueño veraniego de shakespeare con trazos, aahhh y aparte buscar tiempo para dormir, comer, bañarse, tomar agua e ir al baño.

¿porqué mis días no tienen 36 horas aún?
¡me urge! ¡me urge!

al menos, si tomásemos las cosas menos precipitadamente creo que podría no desgastarme tanto. ¿pero cómo le hace una que es apasionada y ha administrado sus emociones por tanto tiempo? si de por si, estando en versión cuentagotas siento que pierdo mucho tiempo y mucha concentración y mucha vida, pero ahhh es refrescante. es enriquecedor dedicarse a otras personas, compartir secretos y que no valgan para reclamaciones, que tus antiguos defectos sean afinidades; pero sobre todas las cosas que creía en desuso por sentirme mayor, está el efectivo y afectivo parpadeo que ahorra mucho mucho mucho y le da margen margen margen a todo lo que se quiere decir, pero no se encuentran palabras apropiadas o a la altura.

norah jones vuelve a estar in!
en unos meses, ely guerra también lo estará.

lo feíto es que no sé cómo terminará mi rutina celestial. las mandonas infatuadas se mudan de regreso a aquel horario que teníamos antes. me duele un poquito no poder alcanzarlas, pero confío en que las cosas seguirán resultando de alguna manera para bien. no sé si habremos de emigrar o de alejarme poquillo, pero bueno… será todo una nueva prueba de fe.

ya quise usar un sweter,
pero no me lo puse
así puedo pedirte que me abraces…

me han dicho que las pieles son muy cálidas,
guardemos el secreto y no digamos a green peace.