memorias dieciseisañeras en cuerpo veinteañero

yadda yadda yadda...

viernes, febrero 19, 2010

la tribu sin sentido

Estoy harta del frío y de este desierto. Espero no estar caminando en círculos, aunque muy dentro de mí estoy 25% segura de ello. La tribu disminuye y cada vez puedo comprender menos su lenguaje, no así sus señales. No hay nada en común mas que el objetivo y aún así parece ser muy importante quiénes son tus amiguis, cuánto te diviertes, cuántas horas desperdicias al día y cuán poco demuestras que te importa lo que haces.

Yo pensaba que no me importaba,
Pero a 11 días de todo
Soñé que me daba cuenta que sí me importa

Y ya no sé si es por responsabilidad o por mantener esa imagen de eficiencia. Tengo un deseo imperioso de reunir a la gente que necesito no importa qué… y todo lo que tengo es un equipo desanimado, desorientado, desmembrado y amenazado por la tromba que de vez en vez nos humilla o nos lacera la espalda… porque para las nubes gordas, cargadas, grises y llenas de electricidad solo somos muñequitos de arcilla venidos a más que no merecemos su misericordia.

Ya quiero que llegue el sol
Abril parece un oasis de alegría…

Un oasis que llora, patalea y exige todo de mí

Ni sé exactamente lo que me espera, pero lo he idealizado tanto que sólo lo puedo ver como una promesa cumplida, la visión de una ventana con sol, vientos estivales, música de Sondre Lerche.

Lo irónico es que he estado esperando esta proximidad de días desde hace tanto tiempo, que ahora que se acerca me raspo el alma con más estoicismo, con más conciencia de las catástrofes de finisimaseñora laboral y aún así, me desmorono un poquito una noche sí y otra no…

¿Cuándo cambiarán las cosas?

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