¿qué pasa cuando todo acabó? cuando acumulaste todo los elementos que necesitabas en tu vida. todas aquellas metas, logros, conocimientos, edad, relaciones, bienestar, finanzas. no estoy hablando en el plano del éxtasis donde uno está plenamente pleno, sino de cuando uno está en el primer paso del camino. se puede empezar con miedo, se puede empezar con resolución o a veces hasta con ojos cansados y abejorros rondando la cabeza y las ideas.
pues a mi se me fueron todas. he estado ausente de aquí, pero no ausente de la vida. he comenzado a vivir la etapa de mi jubilación de la adolescencia. no he aprendido a andar en bicicleta correctamente (aún no sé frenar sin rozar con alguna pared o pavimento). ya no me da miedo usar zapatos, ya no me da miedo enfrentar a un público, mucho menos me da miedo expresar cosas por el medio que sea.
quise comenzar mi nuevo bloque de escritura constante denunciando a un molestón y luego me contuve (pensé esconder el texto con detalles mórbidos en algún archivo del año pasado que fue cuando pasó todo)… pero para qué. de una vez les digo que juan manuel leal flores (colonia altavista, para que no haya pierde… si, te hablo a tí, ingenua o picuda rastreadora de photologs) solía maltratarme el año pasado. no mucho, pero sí algo. entrar en los detalles feos ya sería exponerme demasiado. pero bueno, si me he atrevido a decir cosas horrorosas de mí, que no me atreva a confesar las cosas por las cuales a veces desprecio a una mujer. pero bueno, las flores somos tan contradictorias… sobre todo las del planeta b-612. una siempre dice que una mujer maltratada no se respeta… siempre dicen que el hombre llega hasta donde la mujer quiere. ¿pero qué pasa cuando la mujer trata de hacer razonar al caradura? ¿qué pasa cuando forcejea para detener la mano del pelafustán? obvio, obtienes moretones. al último te escupen como chicle sin sabor. una hace lo posible por salvar la cara, por seguir los procedimientos. no hay pero que valga, las razones son muchas: se apela al oficio, a la anatomía, al carácter… una siempre queda como puta y aquel llevándose de encuentro a más chavas. al menos no me echó al plato.
fuera de eso, me quedé en blanco. llena de todo lo que quise saber y lograr. pero en blanco. mis rumbos se han vuelto parecidos al limbo donde las opciones son infinitas y a la vez limitadas. últimamente se me dificulta vivir con más soltura, deshacerme de rutinas, de re-conectarme con la aborigen que vivía en mí. quizá se agudizó el poder de análisis, pero se me rompieron las uñas y he perdido mis habilidades rasguñonas de gato.
revestida y renovada, es hora de empezar un nuevo camino.
espero escribir debrayes más coloridos, pronto. me lo exijo.
Etiquetas: esperando a godot, patanes y gente tonta, principiteando